Es probable que en tu cabeza haya sonado esta frase o que hayas sentido cosas que te lleven a esta conclusión: No me gusta estar con mi hijo.
Te suena duro y te produce dolor.
Quizás, por eso, no lo hayas comentado con nadie.
Lo entiendo y déjame decirte que está bien.
No creo que no te guste estar con tu hijo o hija.
Lo que pasa es que estar con él o ella te despierta el malestar de estar contigo misma o las distracciones de la mente y eso te lleva a esa conclusión errónea.
No me gusta estar con mi hijo o hija porque no se estar y ser sin hacer
Cuando pasamos tiempo con nuestros hijos e hijas lo hacemos en una posición inadecuada y eso nos genera malestar y conflicto.
Estamos sin estar.
Pasamos tiempo con ellos físicamente pero no mentalmente.
Nuestra mente está en otra parte, en la lavadora que tengo que poner, en que debo comprar papel de wc o que mañana tengo una reunión con Juan a primera hora.
Los adultos vivimos mucho en la dimensión mente pero nuestros hijos viven en el presente.
Es en el presente donde te necesitan. Dónde conectáis.
Para la mente y ofrécete y ofrece presencia.
El principio es difícil porque al estar en el presente, en la dimensión corporal, notarás tus necesidades no atendidas y la mente intentará distraerse con los “tengo que”.
Cuando empieces a poner mirada en ti, ofrecerte presencia y atender tus necesidades verás como ese malestar ese “no me gusta estar con mi hijo” se va disipando.
Para poner más claridad.
Baja a la dimensión corporal para estar con tu hijo o hija.
Para la mente, los “tengo que”.
Obsérvate y atiende el malestar que te incomoda.
Ofrecerte y ofrecer presencia a tu hijo o hija es un regalo que te ayudará a solventar y minimizar conflictos en tu familia.
Te invito a probarlo y, si quieres, comentarme qué tal.
Espero que te inspire. 🙏
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